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domingo, 20 de julio de 2014

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A veces vivimos de manera tan distraída, por decirlo de alguna manera, que es como si ese día no nos pareciese importante. Sin embargo, un día puede hacer que todo cambie, que ése sea el nuevo día. Hoy, por ejemplo, siento que es un día importante.

Estar mal, en cierto modo, me hace ver mejor la realidad, hace que pueda enfocarla, que pueda darme cuenta de las cosas ridículas de la vida.

Creemos que conocemos a las personas que nos rodean, pero no es así. No sabemos nada de sus pensamientos, de su serenidad, de su dolor. Y demasiado a menudo nos equivocamos, siempre lo relacionamos con nosotros mismos, con nuestro criterio, con nuestras costumbres, con nuestra manera de ver el mundo. 

Nuestra vida está hecha de un sutil, continuo equilibrio y cada vez que por fin crees haberlo encontrado ocurre algo y vuelves a quedar descompensado, caes hacia adelante o hacia atrás e intentas recuperar como sea ese equilibrio.

Un beso es un paspartú, un beso es una antigua réflex, un beso es como un molde de arcilla, un beso detiene la imagen en el tiempo, la foto, el detalle, el sabor, el carácter de la persona que te ha besado. Y siempre te quedará de ella ese momento único, especial, irrepetible, ese instante de felicidad.

¿Por qué siempre tenemos que estar pendientes del futuro? ¿Por qué no somos capaces de vivir el presente? Mi padre siempre me decía: «Todo el mundo empieza las cosas en lunes, todo el mundo espera que un día suceda algo, todo el mundo a menudo dice: a partir de mañana... ¡Y, mientras tanto, pierde el hoy!»

Ese instante de felicidad..., cuando ha estado lloviendo hasta hace un momento, tienes que salir y decides no coger el paraguas. Y en cuanto estás fuera aparece el arco iris y justo después el sol. Y de golpe comprendes lo que es la confianza.


Ese instante de felicidad..., cuando te queda poca batería en el móvil pero él te llama y tú esperas que la carga aguante ese poco que basta para que ella pueda decirte «Te quiero». Y sucede, y te dice «Te quiero», y después de sólo un instante el móvil se muere, y tal vez te habría gustado decir tú también alguna palabra de amor, pero en cambio te quedas allí, con tu sonrisa bobalicona...

martes, 8 de julio de 2014

Hay primeros besos que son inocentes, otros son libidinosos. Hay primeros besos etílicos, idílicos salvajes. Tímidos, asquerosos, y algunos, incluso, románticos. Pero un primer beso tienehttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png algo que no se olvida. Esa tensión, ese silencio, ese revuelo químico en el estómago y entonces PAM
Fuegos artificiales. 


Mis primeros, primeros besos; de Lyona

miércoles, 26 de marzo de 2014

Enseñame a olvidarme de pensar

Tengo tantas cosas metidas en la cabeza,tantos sentimientos, tantas confusiones que ni yo misma sé cómo me siento en este momento. Son tantas las cosas que han pasado, las decepciones, los bajones diarios, noches en vela.  En primer lugar, que una persona a la que quieres como a nadie te decepcione de esa manera…te hunde. ¿No os ha pasado a veces que sin motivo alguno os encontráis mal, sin ganas de hacer nada y solo querer llorar, y necesitáis estar con esa persona porque a su lado todos los males desaparecen? Y lo que jode que no esté cuando más lo necesitas, lo que jode que te falle. Estos últimos meses me he sentido como un juguete, ser solo una novia para los ratos que el novio quería, sin tener en cuenta lo que necesitaba yo, y eso me hundía, un día tras otro. Querer estar con él y la impotencia de saber que no va a estar por mucho que tú quieras; sentir que eres un segundo plato.
Siempre estoy pensando cosas nuevas que hacer, para no hacer siempre las mismas cosas, y me desilusiona tanto que obtenga un ‘No’ como respuesta, y que después obtenga quejas de que siempre hacemos lo mismo.
Son tantas peleas absurdas, y siempre soy yo la mala. No me puedo enfadar porque si no solo consigo que se enfade él, y acabo pidiendo perdón por algo que no hice con tal de estar bien.  No sé si soy yo que soy una persona de dar tanto y siempre espero obtener lo mismo, que cuando obtengo tan poco me siento desilusionada y me siento mal. Yo pienso que no me merezco que me trate así, siempre he hecho muchísimo por él, y no lo supo valorar la mayoría de las veces, pero supongo que no puedo pedir lo mismo. Supongo que son las consecuencias de regalarte algo que se puede dañar con tanta facilidad.
Son tantas cosas que no puedo ni expresar en totalidad como me siento. Pero al fin y al cabo cuando hay tantas peleas, cuando todo se va apagando lo mejor es cortar de raíz, pero donde hubo fuego siempre quedan cenizas. He intentado seguir a su lado como amiga, pero se hace dificil, muy dificil. Siempre quedan roces, indirectas de segundas oportunidades, tiempo, pero yo con eso no puedo, no puedo soportar eso. Soy alguien que necesita tener a alguien seguro a su lado, que tenga claro lo que quiere y que no esté dando tumbos a lo loco. ¿Segundas oportunidades? Habría que estudiar los pros y los contras.  Pienso que todo el mundo se merece una segunda oportunidad, que prefiero hacerlo y que pase lo que pase a quedarme con la duda de qué habría pasado; pero por otro lado me da miedo, miedo porque conoces a la otra persona, conoces sus manías, sus defectos, sus virtudes, y sabes cómo es.  Me da miedo seguir pasando mal por lo mismo. Soy una persona orgullosa, pero que sabe bajarse del burro y tragarse su orgullo por quien merezca la pena, cosa que él no, y eso para mí es falto de interés.  No sé qué hacer con mi vida, no sé qué decisión tomar ni cómo me debo de sentir.
Tengo la experiencia de haber vuelto con un ex en una ocasión, y nunca pude volver a sentir lo mismo, nunca pude volver a confiar de la misma manera, y ya no soportaba lo mismo que soportaba antes. Y eso precisamente es de lo que tengo miedo. ¿Qué debo hacer?¿Y si me equivoco tome la decisión que tome?¿Y si acierto elija la opción que elija? Puta vida tete.
Es cierto que sé que los últimos meses el chico en el que yo me fije hace un año, no era el mismo. Había cambiado mucho, demasiado para mi gusto, y echaba de menos cosas que hacíamos antes y que ya habían desaparecido por completo.  Y yo ya me sentía desganada, sin ganas de hacer nada porque ya sabía la respuesta, sabía que me iba a quedar siempre con las ganas, porque la mayoría de veces solo conseguía excusas.  Estoy totalmente de acuerdo con la típica frase de “Quien te quiere busca tiempo, no excusas”. Yo soy tan de buscar tiempo sea como sea para poder verlo aunque sea una hora, que quizás por eso no me sienta nada bien que no intenten hacer lo mismo conmigo.
Soy la primera que quiere salir con sus amigos, que separa días de amigos y días de parejas, pero también hay días que necesito estar con mi pareja más que con mis amigos. Solo quiero a alguien que sepa lo que quiere, que me haga estar segura y que no me haga dudar. Alguien que se baje del burro por mí cada vez que haga falta y que me quiera. Que me sorprenda cuando menos me lo espere, que planee cosas igual que yo… en definitiva, solo quiero a alguien a quien le interese estar a mi lado, y a quien le importe la relación, no alguien pasota, porque al final siempre cargo yo con todo el peso, y una relación es cosa de dos no de uno.
¿Debería de dar una segunda oportunidad e intentarlo de nuevo, intentando construir de nuevo algo que ya tiene unos cimientos?¿O debería de terminarlo finalmente y centrarme en pasar página?  Por una parte claro que quiero dar otra oportunidad, porque lo quiero muchísimo y estas dos semanas que llevo separada de él han sido un mundo, una paranoia diaria, viendo las fotos en los marcos cada vez que entraba en mi cuarto, leyendo conversaciones antiguas y viendo fotos que solo conseguían amargarme más. Seguir viéndolo cada día en el instituto no era bueno, es una puta mierda eso de buscarte pareja en tu mismo instituto, y mira que yo lo sabía pero que le vamos a hacer. Pero quiero que luche por mí, que ponga interés, que me demuestre que me quiere y que me echa de menos y que no se dedique solo a decírmelo. Quiero actos, no palabras, porque a las palabras se las lleva el viento, y al final solo permanecen los recuerdos.
Pero,¿Y si todo esto solo era lo que tenía que pasar?¿Y si es lo que el destino ha querido? No sé, ahora mismo no sé nada, pero se dice que el mundo es redondo y que más tarde o más temprano todo el mundo se acaba encontrando de nuevo.  Y hay veces que marca más lo que no se hace que lo que se hace. Y cada vez que te caes, te vuelves a levantar, pero se te va a quedar una cicatriz que hará que recuerdes cada caída siempre que la veas.

Ni yo misma sé lo que escribo, o si a la persona a la que va dirigida lo va a leer, pero si lo lee, que tenga claro que lo sigo queriendo, pero que las cosas hay que hacerlas bien si quieren que vayan bien, y que es trabajo de dos personas el mantener una relación. Me daría mucha pena dejarlo todo después de estar un año con él, y más ahora que dentro de tres meses nos hacemos mayores de edad ambos y podemos hacer más cosas de las que hacíamos antes. Todo es ponerle ganas y esfuerzo. La vida nunca te da las cosas por  tener una cara bonita, siempre hay que currárselo y esforzarse muchísimo, y cuando más dificil sea conseguir algo, mayor será la satisfacción cuando la consigas.

domingo, 16 de marzo de 2014

Tienes la cara más bonita que yo haya visto jamás, tienes esa maldita fuerza que me ha enganchado y no me va a soltar.

domingo, 9 de febrero de 2014

viernes, 31 de enero de 2014

sábado, 25 de enero de 2014

La doble cara de la moneda.

Querer a alguien conllevan dos consecuencias: las buenas y las malas.

Las buenas todos los sabemos, pero son las consecuencias malas las que no se nombran en los cuentos, en las historias todo termina con un “Y vivieron felices y comieron perdices”, pero nadie cuenta como el príncipe y la princesa se pelean y discuten, pero finalmente lo arreglan… o dejan todo aquello por lo que lucharon en su día.

En los cuentos nadie habla de cómo el príncipe prefiere muchas veces irse de fiesta con el resto de sus amigos dejando a la princesa sola, mientras que esta  hay veces que deja a sus amigas y prefiere quedarse con él.

En los cuentos nadie habla de cómo el príncipe hunde a la princesa con sus palabras y le echa cosas en cara que él mismo hace, o que incluso son mentira, mientras que la princesa prefiere callarse y aguantar para que el príncipe no se cabree y poder estar en paz.

En los cuentos nadie habla de cómo parece que hay veces en las que la princesa es la única interesada en la relación ya que observa el comportamiento pasota e individualista del príncipe.

En los cuentos nadie habla de cómo el príncipe y la princesa acaban discutiendo por verdaderas tonterías que empezando siendo bromas y acabaron cogiendo fortaleza y se convirtieron en palabras hirientes.

En los cuentos nadie habla de cómo la princesa llora algunas noches de la pura impotencia y de todo lo que lleva guardado en su interior, o simplemente  de las ideas masoquistas que se le pasan por la cabeza pero que sabe que si las llega a hacer se arrepentiría siempre.

En los cuentos nadie habla de las cosas que echa de menos la princesa, ni las cosas que a ella le gustaría hacer pero que al príncipe le aburren o simplemente no le apetecen hacer. Después la princesa tendrá que escuchar al príncipe quejarse porque nunca hacen nada nuevo, de cómo siempre hacen lo mismo y no hay diversidad.

¿Y de verdad se sorprende el príncipe si nota rara a la princesa? Lo raro sería que no se notara. Y lo gracioso es que la princesa seguirá queriendo al príncipe como al primer día, incluso mil veces más, pero la princesa tiene un soporte, y un día se romperá. La princesa refleja como la tratan, si ve días tras días como el príncipe se muestra diferente con ella, aprenderá a comportarse igual. La princesa no es tonta ni ignorante, es una chica enamorada.

Y ella seguirá de pie, dando un paso cada día, porque a pesar de todo, el príncipe y la princesa se quieren, y eso nadie lo puede dudar, incluso ni ellos mismos; porque saben, que a pesar de las cosas malas, las cosas buenas superan mil veces a las malas. De cómo cada mirada mutua basta para hacerlos sonreír. Y a la princesa se le olvida todo cuando está entre los brazos de su príncipe.

-Te.