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domingo, 21 de octubre de 2012

Vivimos en un mundo crítico.


Criticamos a la gente por cada defecto. O tiene la frente grande o pequeña. O la nariz chata, puntiaguda o fea. Los ojos grandes, pequeños, marrones,… Si tiene el pelo muy rizado también. Si la persona es muy blanca, y si es negra también se la crítica. O por ser demasiado delgados o por ser gordos. O muy altos o muy bajos. ¿Si está con muchos/as? Fresca/o ¿Si no está con nadie? Estrecho/a. Gilipollas son los que no ven normal que alguien se enamore de una persona de su mismo sexto. Si la persona no saca buenas notas no sirve para nada, y si saca buenas notas son empollones. Eso sí, todos pedimos que nos traten como reinas o reyes, pero, ¿Qué pasa realmente cuando te trata alguien bien? Que es muy pesado/a. ¿Y si no te trata bien? Pues muy gilipollas. Muchas veces, ves algo que tienes malo, ves que te aburre. Pero solo cuando lo pierdes te das cuenta de que lo quieres/querías. Buscamos a personas perfectas y no nos damos cuenta de que ni existen, ni nosotros somos perfectos. No nos conformamos con nada en esta vida. Todos nos quejamos de que tenemos poco, y no nos acordamos que hay personas felices con mucho menos. No nos gusta lo que tenemos y también tenemos cosas de las que pueden reírse. Si eres  “guapa” te sacaran los defectos, y si eres “fea “te criticarán también. Y pongo las comillas porque creo que verdaderamente la persona guapa o fea no existe. Serás guapo o feo para quien lo seas. No le vas a caer bien a todos, y tampoco nunca va odiarte todo el mundo. La vida no consiste en encontrar a la persona perfecta, si no en querer a alguien con sus imperfecciones y defectos y seguir viendo a la persona más bonita del mundo. 

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