Muchas veces no puedes evitar dejar de sentir. No ha sido culpa tuya, pero yo no podía
seguir con esto cuando mi corazón me decía que estaba con la persona
equivocada. Sé lo que duele seguir una relación cuando uno de los dos no siente
lo mismo que sentía antes, y por eso preferí dejar todo esto. No sé muy bien lo
que sentía por ti, pero no era lo mismo que una vez sentí por él. Es cierto que
a tu lado pasé unos meses maravillosos, ni una sola pelea, ni un solo pique, pero
simplemente quizás eso era lo que fallaba. Que iba todo demasiado bien, que no aprendíamos
de nuestros errores. No pudimos disfrutar de las reconciliaciones, de tragarnos
nuestro orgullo y pedir perdón solo para poder estar otra vez feliz con la
persona a la que quieres. Quizás por eso simplemente lo que sentía por ti se
acabo. También estaba el miedo, tomando como referencia los problemas de mi última
vez, y con temor a volver a sufrir por lo mismo. No es que sea negativa, es que
simplemente no me quiero hacer ilusiones de nada. Porque luego, lo paso mal y
no me apetece estar triste por tonterías. Quizás por eso también preferí cortar
por lo sano cuando empecé a notar que para mí ya nada era como antes. No niego
que no te tuviera muchísimo cariño, que sea cierto que te quería, pero
simplemente, se quedo en eso, cariño, y la forma de querer de una amiga a un
amigo. No es que me gustes ni que te deteste. No es que me encantes, ni que te
ignore. No es que te adore, ni que te encuentre diferente. No es que te quiera,
ni que te aborrezca.
No es nada, porque tú ya no eres nadie para que yo sienta algo.
No es nada, porque tú ya no eres nadie para que yo sienta algo.
Y para que negar, me sentí BIEN, me sentí LIBRE. Y supe que era
lo correcto cuando no derramé ni una sola lágrima, cuando sonreía siempre,
cuando reía. Es cierto que esta edad es
difícil, que quizás no quiero estar atada a una persona, que quiero libertad
para poder hacer lo que me de la realísima gana sin tener que dar explicaciones
a nadie. Estoy feliz, incluso yo misma estoy sorprendida de estar tan bien.
Pensaba que todo sería más duro, que sería, quizás no tanto como la otra vez,
pero sí que dolería más, y sin embargo no. Que irónico es esto llamado
adolescencia.
Me propuse darle una oportunidad al amor de nuevo, y se la he
dado, solo que mi propio cuerpo ha visto que
no necesito estar con alguien para ser feliz, que mi felicidad no
depende de una sola persona, sino que depende de un grupo de personas llamados
amigos. Ya tendré tiempo para preocuparme del amor y de sus historias, pero por
el momento, voy a divertirme como nunca, porque tengo casi dieciséis años y
tengo que disfrutar ahora que puedo, que dentro de un par de años las cosas
cambiaran porque lo primordial ahora mismo es estudiar, y después, divertirse.
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